Uno de los problemas más comunes en las relaciones de pareja es una una comunicación deficiente o de mala calidad, que puede incluir desde recurrentes discusiones hasta fuertes agresiones verbales. Frecuentemente, este tipo de problemas impiden a la pareja establecer acuerdos y resolver conflictos de manera adecuada. Si esta dinámica no se modifica a tiempo, se irá agravando día a día, hasta transformarse en una forma normal, aunque inadecuada de relacionarse.
Cuando discutimos, “la forma” sí hace la diferencia. No olvidemos que, con frecuencia, las palabras pueden convertirse en un arma tan destructiva para el otro que provoque que el amor se transforme en rencor, y esta herida termina deteriorando lenta e irremediablemente la relación de pareja. Muchas veces lo que molesta no es lo que el otro dice, sino cómo lo dice.